Cada vez que era posible volvía a las montañas de Arizona para pasar una temporada al lado de Canción Estrellada, el chamán que sembraba la sabiduría ancestral de su pueblo a través de la palabra, cantada o no. Llevaba cerca de un mes allá cuando él me llamó para conversar al calor de la hoguera. Tal invitación era siempre recibida como un honor y confieso que ansiaba aquel momento cada vez que lo visitaba. Esos encuentros eran por la noche, bajo el abrigo de las estrellas. La mayoría de las veces el chamán me aguardaba sentado alrededor de la hoguera. Como explicó cierta vez, el fuego es un importante elemento que ayuda a transmutar las viejas formas. Me hizo una seña con la cabeza para que me acomodara sobre una manta extendida a su lado. Canción Estrellada entonó una sentida canción, acompañado por su tambor de dos caras, en la que agradecía al Creador por la oportunidad de estar allí en aquel momento y por las intuiciones e inspiraciones concedidas, expresadas a través de las palabras. Después encendió su inconfundible pipa con hornillo de piedra roja. En esos pequeños rituales era común que fumáramos juntos de la misma pipa, como gesto de admiración por la sabiduría y el coraje del uno por el otro.
Era una pequeña e importante ceremonia mágica. Ceremonia porque era un encuentro entre personas que se respetaban y que tenían el mismo propósito; mágico porque la magia es transformación, mecanismo esencial de la evolución. El nexo causal es siempre el amor que da el permiso y hace que los mensajeros iluminados de las esferas invisibles participen.
Tan pronto como el chamán terminó la canción le comenté que de esta vez la invitación para conversar había demorado más que de costumbre y que había llegado a pensar que no ocurriría. Con los ojos perdidos en las llamaradas Canción Estrellada dijo: “Estuve observándote durante todo este tiempo y percebí lo que el ladrón de la magia ha hecho contigo”. Le dije que no entendía y el chamán me condujo, paso a paso, a través de su fina filosofía. Él preguntó: “Cómo fue el episodio en el que quisiste ayudar a aquel mendigo cuando estuviste recientemente en la ciudad próxima a la aldea” Narré que tuve ganas de ayudarlo pero que algunas personas me habían aconsejado no hacerlo pues él tenía una triste historia de vagabundería, entonces no lo hice. En seguida, el chamán quiso saber: “Tu habías conseguido todo el material para la confección de una canoa para pasear y pescar. ¿Por qué no ejecutaste el proyecto?” Alegué que el inverno se aproximaba y que había oído que en aquel año nevaría, lo que me impediría usarla en los próximos meses.
Él aspiró lentamente la pipa y permaneció en silencio observando el humo que bailaba iluminado por la hoguera. Me quedé esperando a que él me ofreciera para que también fumara pero no lo hizo. Después volvió a las preguntas: “De la última vez que estuviste aquí me comentaste sobre tu sueño de escribir un libro. ¿Ya lo terminaste?” Respondí que había desistido pues había leído un artículo en un periódico que revelaba nuevos hábitos en los cuales las personas leían cada vez menos, ya que estaban interesadas sólo en películas y música. El chamán apenas meneó la cabeza y abordó, aparentemente, otro asunto: “¿Y tu hermano, ya lo buscaste para hacer las paces? ¿Recuerdas que habíamos dicho que no vale la pena salvar al mundo mientras no apagamos el incendio de nuestra propia casa?” Le respondí que no había sido posible porque me había encontrado con un pariente que dijo que sería inútil buscar a mi hermano para conversar, pues él estaba decidido a excluirme de su vida.
Canción Estrellada quiso saber sobre mis viajes: “Estabas muy animado por viajar a África para asistir a los azotados por el hambre, las enfermedades, la miseria y las guerras que sacuden aquel bello continente. ¿Cómo fue tu jornada?”. Confesé que no había desistido de pasar mis vacaciones allá. No obstante, aún no había ido porque un amigo que me acompañaría había pospuesto el viaje, ya que ese año estaba más peligroso que de costumbre. El chamán me observó por instantes y preguntó: “¿Entonces hiciste aquel recorrido tan anhelado en que se anda muchos días a pie, como los caravaneros del desierto?” Quise saber si se refería a la famosa caminada que inicia en el interior de Francia y termina en la catedral de Santiago de Compostela, en España. El chamán movió la cabeza concordando. Le expliqué que no había ido pues la amiga que iría conmigo había tenido un problema y yo no estaba dispuesto a hacer el recorrido solo.
Él me preguntó: “¿Cuál es el motivo que te llevó a dejar de lado la bonita sonrisa que te caracterizaba?”. Le expliqué que mucha gente confunde gentileza con idiotez, entonces había resuelto cambiar mi postura para mostrar que yo era un hombre serio.
Canción Estrellada permaneció un largo tiempo sin decir una palabra. En sus ojos, que viajaban por el cielo salpicado de estrellas, se reflejaban las llamas de la hoguera. Fumó su tabaco de manera lenta como lo hacía cuando embarcaba en la profundidad de sus pensamientos. Según la costumbre debes esperar a que el dueño de la pipa te la ofrezca para fumar con él. Imaginé que el chamán, absorto en el mundo de las ideas, se hubiese olvidado de tan significativo gesto así que extendí la mano para que me entregara la pipa; él se rehusó y dijo: “No se fuma la pipa buena con el hombre errado”.
Dentro de la tradición chamánica esta expresión significa un enorme jalón de orejas. Quise saber cuál era el motivo de aquella reacción y Canción Estrellada dijo: “¿Percibes que el ladrón de la magia te hurtó todo el encanto?”. Le respondí que si se refería a las respuestas que yo acababa de darle tal vez habría un error; yo apenas había ejercido mi sagrado derecho de escoger. Él respondió con su voz pausada: “Sí, las elecciones definen quienes somos, es la revelación del amor y de la sabiduría que habita en el corazón de cada uno de nosotros, amplían o reducen las fronteras individuales y cuentan la verdadera historia de cada persona”. Me miró profundamente a los ojos y volvió a preguntar: “¿Qué es lo que tus elecciones cuentan sobre ti en los últimos tiempos?”.
Al instante entendí lo que él quería decir. No pude articular una sola palabra. Él tocó algo que gritaba dentro de mí, que me incomodaba y que insistía en ignorar. El propio chamán respondió: “Tus elecciones hablan de un hombre que se dejó llevar por las voces del mundo y se hizo sordo al silencio que habla al corazón. De alguien que desistió de los sueños ante las primeras dificultades; que eligió el miedo como consejero”. Volvió a hacer una pausa y dijo: “No has conquistado nada porque abandonaste la osadía y el coraje, virtudes indispensables en el Camino. Dejaste de aprender sobre el amor, perdiste varias oportunidades para superarte ante las inevitables dificultades que surgieron e impediste importantes transformaciones en ti mismo, pues te negaste a asumir los riesgos inherentes a la vida. Desperdiciaste innumerables oportunidades para ofrecer lo mejor de ti e impediste que el encanto del universo se derramase en pequeños milagros. Te abandonaste a ti mismo a la vera del Camino porque el ladrón de magia te dejó pobre de sueños. Este es el verdadero motivo por el cual no puedes sonreír más”.
Avergonzado y con los ojos encharcados quise saber lo que hacer. Canción Estrellada dijo: “¡La magia es tuya, tráela de vuelta! La cobardía nunca mejoró el destino de nadie y los sueños son mapa y brújula para el fundamental encuentro contigo mismo. No importan las condiciones presentes, el aprendizaje está en el camino y el valor se revela en la búsqueda. Ella traerá el encanto y la grandeza de tu historia personal. Vete y vuelve solamente hasta que recuperes tu magia. Entonces tendré la alegría y la honra de compartir la pipa contigo”.
Gentilmente traducido por Maria del Pilar Linares.
5 comments
Hoo o o. … es la grandiosa magia ! ! ! Estas historias, gracias por mostrarlos ante mis ojos , la mayor belleza de filosofía que pude encontrar en mi vida… gracias a todas sus demás historias sobre canción estrellada y yoskhaz .. Los leo siempre que puedo .. gracias nuevamente por sus mágicas obras como esta claro 😉
La .magia a es nuestra,no permitamos que nos la roben. La cobardía nunca mejoró el destino de nadie. FRASES PROFUNDA!!
GRACIAS. POR COMPARTIR ESTOS ESCRITOS INVALUABLES.
Gracias yoskhaz
🙏🏻